Tuve la inmensa
fortuna de conocer a Miguel Ángel Hernández a mediados de los
sesenta, con motivo de sus actuaciones al frente de la magnífica orquesta LOS
PALMEÑOS, en la plaza grande de Guía. La voz aterciopelada de Miguel
Ángel y el estilo armonioso de la orquesta, unido a un repertorio
bien escogido, influyeron notablemente en mi desarrollo musical,
por lo que le estaré eternamente agradecido.
De esa época son
también los grupos musicales "Stu and
Drak" -de Moya-, "Los X" -de Guía-, "Los Genios" -de Gáldar-,
"Los Stay" -de La Atalaya-, "Los Rangers" - de Arucas-, la
orquesta "Los Covina" -de Tamaraceite, y, por supuesto, la
Orquesta Mejías, de todos los cuales guardo un
fresco y grato recuerdo.
Antes de Los Palmeños,
Miguel Ángel formó parte de la orquesta de sus hermanos llamada
“Ondas”, conocida por la de Los Virgilios -por el nombre del padre
de éstos-, que fue director de la Banda Municipal de Música de
nuestro pueblo en los años cuarenta-. Estaba formada por Augusto
(trompeta), Honorio (trombón), que también dirigió nuestra banda
municipal durante muchos años, Pepe (saxofón tenor), Manolo Moreno,
de padres guienses, (saxofón alto y clarinete), Nicolás Hernández
Cruz (piano), Antonio Aguiar Ossorio, de Guía, (batería), y Miguel
Ángel (vocalista). "Los Virgilios", como cariñosamente les llamábamos
a estos hermanos, eran hermanos a su vez de Manolo Hernández, el
procurador, y primos de Néstor Álamo.
En los años
noventa recuerdo
preguntarle cada lunes a Miguel Ángel, en su kiosco frente a la
clínica Cajal -que hoy
regentan sus hijos-, acerca de la "tocata" del último fin de semana;
con el espléndido ánimo de siempre, me daba pelos y señales de su actuación.
Añadir que nos dejó en el año 2000, pero que murió con las
botas puestas. Un lujo.
Antonio Aguiar
30 de septiembre
de 2006
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Ha sido visto saliendo del Club Marino
de la calle Murga un sospechoso que responde a la descripción de la orden
de busca y captura. Según hemos podido saber, este individuo lleva
cuarenta años actuando en público, con bandas como la Orquesta Ondas y
Los Palmeños, colectivo en el que parece tener mucha autoridad. Este tipo,
aparentemente tranquilo, es el causante de que durante cuatro décadas
muchas parejas hayan acabado enamorándose al abrigo de su voz, que ha
cantado desde el bolero más clásico a la Lambada, con incursiones en
docenas de modas. Es lo que se dice un todo-terreno, un vocalista que ha
capitaneado verbenas, bailes de sociedad, y lo que es peor, asaltos al
anochecer de los domingos en el Polonia o el Rehoyano. Hay que
investigarlo.
El sospechoso de ser un Viva-La-Virgen
ha resultado ser lo que él dice ser, aunque algo más calvo. Se ha pasado
cuarenta años vendiendo periódicos, hablando de fútbol, sellando quinielas
y cantando en público, y ahora resulta que es un tipo preocupado por
cuestiones sociales. Está visto que la apariencias engañan. De todas
formas, se hubiera librado, por lo de la siesta, aunque seguramente ya
tiene entradas para el cielo, eso sí, conseguidas en la reventa. En
cualquier caso, como uno es permeable a los halagos, me ha conmovido su
preocupación por mi próximo libro, aunque pudiera ser que quiera saber de
qué va para echármelo abajo.
Emilio González Déniz
CANARIAS7
9
de julio de 1995
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